Camuflar el exceso de volumetría original
para integrarlo en la trama urbana
con los edificios colindantes le hizo
merecedor de ser finalista en la “Bienal
de Arquitectura española” (años 93-94).
La fachada ventilada que da la calle, contrasta con el abstracto juego de
pasarelas metálicas de la fachada a
sur, dando al patio de manzana, donde una
serie de árboles -que florecen en distintas
épocas- nos indican la época del año en la
que nos encontramos, a modo de reloj floral.
En este proyecto el estudio de arquitectura eligió una solución SINGULAR.